Consiste en iluminar con la ayuda de botellas de refresco rellenas de agua y lejía (evita formación de moho) y colocarlas en los techos de las casas en las zonas más pobres de Filipinas. Este proyecto se está extendiendo a otras zonas pobres de la Tierra.
Las botellas, rellenas de agua y lejía, se colocan perfectamente ajustadas en un agujero en el tejado como si fueran claraboyas y aseguran “que emiten luz equivalente a una bombilla de 55 vatios de electricidad”. Todo gracias a los rayos del sol, que viajan en vertical a través del envase y al chocar con el líquido generan una refracción horizontal de 360 grados que ilumina toda la habitación.
Fuentes: http://1litrodeluz.org/ y http://www.clubdarwin.net/